MediaMorphosis

 A diferencia de otras revoluciones tecnológicas, las actuales tecnologías trasforman transversalmente el imaginario social afectando a todo el sistema de comunicación humana, remodelando globalmente las formas de sociabilidad. Roger Fidler denomina a este proceso mediamorfosis, entendida como la transformación de los medios de comunicación que generalmente es resultado de la interacción compleja entre diversos factores como son las necesidades percibidas en una sociedad, las presiones políticas y económicas y las propias innovaciones sociales y tecnológicas. La mediamorfosis no designa el cambio de una cosa a otra si no la complejidad de un proceso que se debe a múltiples factores y que está en constante e intensa evolución y adaptación. Según Fidler los principios fundamentales que guían esta transformación informativa son seis:

  1. Coevolución y coexistencia: es decir, todas las formas mediáticas coexistentes evolucionan juntas dentro de un complejo sistema de expansión.
  2. Mediamorfosis: las nuevas medidas no surgen espontáneamente. La innovación tecnológica tiene lugar a partir de la mediamorfosis, que se da en los medios más antiguos evolucionados y adaptados a las nuevas condiciones de la comunicación y la cultura a la que pertenecen.
  3. Propagación: los medios emergentes propagan a través de lenguajes específicos los rasgos dominantes de formas anteriores de codificación cultural.
  4. Supervivencia: todas las formas medios de comunicación y empresas informativas tienden a adaptarse y evolucionar para sobrevivir en un entorno cambiante.
  5. Oportunidad y necesidad: los nuevos medios no aparecen por sí solos vienen determinados social, política y económicamente.
  6. Adopción postergada: las nuevas tecnologías tardan más de lo esperado en convertirse en éxitos sociales.

 Estos principios y la noción de mediamorfosis se fundamenta en lo esencial, en una concepción de los medios naturalistas. El trabajo de Fidler apunta la necesidad de una ecología de los medios para comprender el curso de las actuales trasformaciones mediáticas. Aunque desde los años 70, se había hablado suficientemente de una ecología de los medios e incluso a principios del S. XX, representantes de la escuela de Chicago analizaban el ecosistema como un proceso de comunicación. Es mérito de Niklas Luhmann haber hecho el intento de dar a la relación con el medio ambiente, un valor sistemático en la teoría sociológica. Luhmann defiende un cambio radical de paradigma. Una concepción amplia del concepto informativo acorde con las características de la sociedad contemporánea, no puede obviar que la información irrumpe y media en la relación entre medioambiente y sistema social. Una lectura compleja de estos procesos remite a una visión ecológica de las medios, como parte de una perspectiva antropológica del universo social concreto en el que se produce la información.

Luhmann aporta la teoría más avanzada del funcionalismo en cuanto a su concepción sistémica de lo social. Propone un medio de conocimiento de la sociedad como sistema complejo. Su análisis se concentra en los procesos de autorregulación producidos por la comunicación. Para Luhmann, la comunicación es una operación de reproducción de los sistemas sociales. Según esta teoría los elementos del sistema tienen contacto con su entorno. Luhmann describe la sociedad como un sistema recíproco de comunicaciones. En su teoría, la información es abstracta, es un información sin sujetos compleja, cerrada sobre las funciones de autoorganización. Cuestiones como quien toma la decisión de comunicar o quien tiene que aceptarla quedan totalmente al margen. Para Luhmann la comunicación es la que hace que a los sistema y los diferencia, no los individuos. Los sistemas se identifican y regeneran por la información especializada que procesa que les da seguridad en un entorno complejo.


En la era de Internet, la producción social de las identidades individuales y colectivas, lejos de seguir un modo de producción único, es más bien transversal y multidimensional. La identidad cultural y producción simbólica son condicionados hoy por las nuevas coordenadas espacio temporales. Esta transformación de la identidad plantea un abanico de problemas. Estos problemas socioculturales hacen necesaria una visión o consideración ecológica de la dimensión informativa y de los nuevos medios, que en detrimento de una comprensión económica o política integre con decisión una mirada humana socioantropológica y cultural que asuma las paradojas de la globalización, que asuma las diferencias existentes en nuestra sociedad multicultural, que asuma la heterogeneidad. En este sentido se está perfilando por ejemplo la rama disciplinar de la comunicación intercultural defendida en España sobre todo por Mikel Rodrigo Alsina. Para él, la comunicación intercultural es la comunicación interpersonal o mediada entre pueblos con diferentes sistemas sociocultural y la comunicación es también la comunicación entre miembros de diferentes subsistemas, por ejemplo los grupos étnicos dentro del mismo sistema sociocultural. Para él la comunicación intercultural pone por fin en relación dos conceptos que van intrínsecamente unidos: la comunicación la cultura.
Los nuevos mapas de la sociedad de la información ofrece un espacio de encuentros de interrelaciones de diálogos de redes colectivas de cooperación social. En este nuevo espacio, la teoría de la información debe preguntarse qué limites y posibilidades tiene las culturas locales de reconocerse y relacionarse en el espacio global, es decir, cómo se articula multiculturalmente lo local. Lo global, también, debe preguntarse qué formas de mestizaje e hibridación cultural se producen hoy en la red, si Internet es un espacio de pluralismo cultural o de multiculturalismo y cómo se están transformando los imaginarios y las culturas de los jóvenes en un tiempo de transformación de lo material a lo virtual.


Todas estas cuestiones son de alguna manera recogidas por la metáfora de la navegación. La lógica de la red ha quedado así vinculada a los viajes, a los mapas, a la aventura. La cultura ha sido sometida desde la época moderna a un proceso de progresivo desanclaje hasta llegar a imponer el nomadismo como condición de la cultura posmoderna. La cultura de la navegación de la cultura híbrida del diálogo de la interculturalidad ha superado definitivamente las antiguas leyes culturales del territorio y las fronteras de los modos de identificación de lo propio y de lo ajeno. Aquí, verdaderamente los sujetos están asumiendo una cultura híbrida y múltiple o por contrario estamos siendo sometidos a un procesos de desterritorialización que termine por anular toda posibilidad de memoria colectiva de las identidades y las culturas locales.

Uno de los intereses más ambiciosos de destrucción de la sociedad actual ha sido el de Manuel Castells en su obra La era de la información económica, social y cultural. Presenta una concepción de la información cercana al determinismo tecnológico de MacLuhan, pues entiende que las tecnologías de la información son los sistemas que configuran hoy la morfología social. Castells define la sociedad actual como la sociedad-red. El término red es una especie de idea fatiche que utiliza para explicar todas las formas sociales. Las redes son estructuras abiertas capaces de expandirse son límites. Son una nueva dinámica de asociación y estructuración social entorno a las redes informativas. Como tendencia histórica para Castells, las funciones y procesos dominantes en la nueva era cada vez se organiza más entorno a redes y nuestras sociedades tienden a una posición bipolar entre la red y el yo. La información es para él, el ingrediente clave de la organización social y los flujos de imágenes y mensajes de unas redes a otras, constituyen la fibra básica de la sociedad. La era de la información está marcada por la autonomía de la cultura frente a las bases materiales de la sociedad. La cultura virtual es a su juicio una cultura al mismo tiempo de lo eterno y de lo efímero. De lo eterno porque llega a todo y a todos, se conserva todo y de lo efímero por su rapidez, aceleración, cambio, fragmentación.

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